Tan pronto como Qiu Mu-Cheng aceptó el trabajo, Qiu Mu-Ying empezó a sonreír como un gato que se acababa de comer un canario. Pero no iba a dejar libre a Qiu Mu-Cheng tan fácilmente. Aun sonriendo con frialdad, dijo:
—Mu-Cheng, la aprobación de este edificio es algo muy importante para nosotros. Nuestra empresa lo necesita con urgencia, si demoras en conseguirla, ¿pretendes que la empresa siga esperando?
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