La cara de Chu Wen-Fei estaba sonrojada por las tres copas de vino que había bebido en poco tiempo. Mientras tanto, Shen Fei tenía una terrible expresión en su cara, mientras pensaba en darle al idiota de Chu Wen-Fei unas buenas patadas. Pero el malhumor de Shen Fei fue interrumpido por Ye Fan. Este último, que había estado observando la farsa desde lejos, sacudió la cabeza y sonrió. Luego, levantó su taza de té y se enfrentó a Shen Fei con una sonrisa:
—El banquete de hoy me ha mostrado tu sinceridad. Así que perdonaré tu grosería hacia Mu-Cheng. No seguiré con este asunto. Pero recuerda esto: No habrá una próxima vez. A Mu-Cheng no le gusta que beba, así que no lo hago a menudo. Hoy, responderé a tu brindis con una taza de té.
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