De repente, Ye Qingtian recibió una llamada y la voz ansiosa de Santo de la Espada se escuchó a través de los altavoces.
―Dios de la Guerra, ¿dónde estás? ¿No fuiste a buscar a Chu Tianfan, verdad? ¡No vayas a buscar la muerte! Los ancianos de la Unión Internacional de Artes Marciales han movilizado todas las tropas que pudieron conseguir y se dirigen hacia Jiangdong para matar a Ye Fan. Puedo decir con certeza que nunca en más de un milenio de historia registrada del mundo de las artes marciales hubo un caso como este en el que todos estuvieran tan unidos y dispuestos a hacer cualquier cosa para atacar a alguien. Está claro que todo el mundo de las artes marciales está decidido a matarlo. Está acabado. No hay esperanza para él esta vez. Ni siquiera los dioses pueden salvarlo. ¡Así que por favor no seas imprudente y te mates por nada!
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