El ataque sorprendió a Ye Fan. Sin otra opción, interceptó a los asaltantes que tenía detrás, aunque el ataque combinado de Santo de la Espada y los demás no suponía una amenaza mortal para él. Con un golpe casual de palma, bloqueó el ataque unido de sus enemigos.
Mientras tanto, Chen Jiuzhou, cuya fuerza era similar a la de Ye Fan, seguía cargando directamente hacia él. Como decía el refrán, el único resultado posible entre dos luchadores expertos era la vida o la muerte. Distraerse sólo un momento en una batalla así sería suficiente para cambiar las tornas del encuentro.
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