Las palabras de la anciana resonaron lenta y suavemente en el aire. La joven, que estaba preparada para irse, se detuvo.
—Yun, escucha a la abuela y come algo antes de irte. No debes dejar que el esfuerzo de Fan se desperdicie. Ha estado cocinando para tres personas todo el tiempo que estuviste encerrada en tu entrenamiento. Le preocupaba que tuvieras hambre cuando terminaras el entrenamiento e insistía en guardar algo para ti cada vez que terminábamos de comer. Se preocupa por ti más de lo que se ha preocupado por mí. —La anciana sacudió la cabeza y suspiró.
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