—¡Vete al infierno! ¡En serio eres un desvergonzado! Dices que Mu-Cheng es tu esposa, pero ¿le has preguntado si te reconoce como su marido? ¡No eres más que un campesino! ¡Quién te dio el valor para hacer declaraciones como esa! ¡Mu-Cheng, dile que nunca has reconocido a este hombre! ¡Dale una bofetada a este tipo y haz que despierte de su sueño! —Han Li le gritó de forma feroz a Ye Fan cuando escuchó lo que dijo e incluso trató de poner a Qiu Mu-Cheng de su lado.
—Mamá, ¿ya has terminado? Estoy bien si haces un berrinche fuera de la casa pero ahora incluso haces cosas feas en público. Sí, Ye Fan no es tan rico como otros y puede que tampoco sea tan prometedor. Es de una familia pobre y también es un yerno vividor. Pero no importa cuán inútil parezca Ye Fan, a los ojos de la ley, sigue siendo mi legítimo esposo. —Qiu Mu-Cheng al final no pudo soportarlo más y explotó de vuelta contra su madre. Sus bonitos ojos estaban todos rojos ahora.
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