Así como así, pasó medio mes. Ya era octubre y se acercaba la temporada de fiestas del Día Nacional. Pero Qiu Mu-Cheng no estaba de humor para fiestas.
Después de que todo lo sucedido llegara a su fin, comenzó a ocuparse en el trabajo. Fruncía el ceño todos los días, hacía horas extras todas las noches e incluso después de llegar a casa, seguía trabajando hasta altas horas de la noche antes de dormir.
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