Capítulo 845 Regreso a Yunzhou

El título de gran maestro supremo era un asunto serio. Dentro del círculo de las artes marciales, representaba la máxima gloria. Para el público en general, estas personas representaban al país. Un gran maestro supremo del mundo de las artes marciales no era diferente a un jefe de gobierno. Siempre que el Dios de la Guerra y el Rey de los Luchadores viajaban por China, las autoridades locales, como el gobernador o los alcaldes, tenían que acompañarlos. No era una exageración. Al fin y al cabo, eran pilares de la nación y protegían a China, por lo que eran dignos de un trato muy especial. Desde que el hijo del Rey de los Luchadores, Mo Wu-Ya, se convirtió en gran maestro, había soñado con unirse al Castillo del Dios de la Guerra para convertirse en un gran maestro supremo. Por desgracia, no tenía ningún logro decente, así que no pudo recibir el título.