—Así que, Mu-Cheng, deberías escuchar a tus padres y simplemente olvidar a ese pobretón de la villa. Ese tipo está destinado a ser pobre toda su vida. Se las ingenió para conseguir jade imperial con un golpe de suerte pero ahora lo ha perdido antes de poder disfrutarlo. Perdió $200 millones así como así. Si lo sigues, lo que resta de tu vida será aún más difícil. Y ni hablar de la vergüenza. Tendrás que ser pobre y humilde toda tu vida y ni siquiera podrás caminar con la frente en alto. Y aún peor, este palurdo ni siquiera te atesora. Vas a estar mejor si te deshaces de este esposo completamente inútil y te consigues uno nuevo. —Su Qian trató de persuadir a Mu-Cheng.
A Su Qian nunca le agradó Ye Fan en primer lugar, así que luego de que ella supiera de que Ye Fan estaba dispuesto a divorciarse de Qiu Mu-Cheng, ella estuvo más que feliz de enterarse de ello, y así empezó a persuadir a ella de que se divorcie de él lo más pronto posible. Qiu Mu-Cheng no respondió. Seguía sintiéndose deprimida.
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