La primera persona de la que todos sospechaban era la Secta Chu. En realidad eran capaces de algo así.
Como el grupo de artistas marciales más poderoso del mundo, era obvio que se convertían en sospechosos cuando ocurría algo de esta magnitud. Pero era sólo una sospecha que tenían. Si no podían encontrar ninguna prueba, tampoco podían sacar ninguna conclusión.
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