—¿Qué piensas, Ye Fan? ¿Estás dispuesto a ir? Estoy seguro de que si das rienda suelta a tu potencial en el momento adecuado, ¡seguro que serás capaz de machacar a todos los demás! Además, no importa si tienes éxito en este asunto o no, el Castillo del Dios de la Guerra te recompensará.
Ye Qing-Tian lo miró y esperó a que éste tomara una decisión. Aunque Ye Fan era la mejor persona para liderar un equipo así, sabía que si Ye Fan se negaba a ir, no podría hacer nada al respecto.
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