Ye Fan siguió esperando noticias de Ye Qing-Tian. Pero dos días después, Lu Tian-He le llamó de repente para preguntar por él.
—Señor Chu, gracias por salvarme aquel día en Jiangbei. Si no tuviera problemas para caminar, me habría pasado por su casa para agradecérselo en persona —dijo la voz respetuosa y reverente de Lu Tian-He.
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