En lugar de responder a las bromas de Gaius, Ye Fan se limitó a entrar en la casa que tanto añoraba y odiaba.
Para los demás, el paseo de Ye Fan por la casa parecía una vuelta triunfal. Sin embargo, sólo él sabía las penurias que había tenido que pasar para llegar de Jiangdong a la residencia Chu. Por eso, él no estaba eufórico como Gaius y los demás. Cuando pisó la propiedad una vez más, su corazón estaba apesadumbrado.
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