—¡Maldita sea! Ya es suficiente. ¡Ya tuve suficiente de pelear contigo! —Gaia estaba al borde de las lágrimas.
Antes, sólo pensaba que Ye Fan era un lunático. Por lo que parecía ahora, no era un lunático. Por el contrario, era un demonio imparable e impenetrable. Si aquello seguía así, no estaba seguro de cuál de los dos acabaría muriendo.
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