Nadie habría pensado que el objetivo de la Diosa de la Luna no era en realidad la cabeza de Blaze, sino otro lugar.
Chu Tianqi se sorprendió por el repentino cambio de movimiento de la espada. Inmediatamente advirtió a Blaze, pero era demasiado tarde. La larga espada de la Diosa de la Luna se había clavado en su ojo y la sangre verde empezó a brotar.
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