—Aunque Ye Fan tenga menos experiencia, sigue siendo un gran maestro supremo, así que aunque Brahma pueda derrotarlo, no podrá matarlo con facilidad. ¡Sigan buscando! Estoy seguro de que está vivo, ¡sigan buscando! —Los ojos de Ye Qing-Tian estaban inyectados en sangre y su profunda voz sonaba como el rugido de una bestia salvaje.
Pero cualquiera que escuchara atentamente podría oír que su voz estaba temblando un poco.
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