La voz de Li Xue-Qi resonó en la tienda. Sun Hai-Zhou se congeló en el acto tras escuchar lo que ella había dicho.
—¿Qué acabas de decir? ¿Él... él es en realidad el Sr. Chu? —Todo su cuerpo tembló mientras miraba con incredulidad a Li Xue-Qi. Sus ojos estaban tan grandes como campanas.
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