Cuando Lu Wen-Jing se dio cuenta de que estaba abrazando a un hombre, su bonita carita se puso al instante tan roja que parecía estar en llamas. Nunca había tenido contacto con ningún miembro del sexo opuesto aparte de sus padres en todos esos años, y menos aún abrazar a alguien tan íntimamente.
—¡Sinvergüenza! ¡Pervertido!
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