Sun Yu-Hao estaba desconcertado y tan aturdido que se congeló en el acto. La suave risa de Ye Fan se sintió como una bofetada. Hace un momento, había anunciado con confianza que solo necesitaba diez años para entrar en el pasillo especial, mientras que Ye Fan nunca sería capaz de llegar allí, aunque se pasara toda la vida intentándolo. Pero para sorpresa de todos, ya había llegado al lugar donde Sun Yu-Hao anhelaba estar. Ahora era Ye Fan quien les sonreía desde su posición privilegiada. Ironía... una ironía inimaginable. La bofetada había llegado demasiado rápido y Sun Yu-Hao se quedó sin poder reaccionar. Así que allí estaba, con la cara verde de ira.
—Ye Fan, ¿qué estabas haciendo allí? ¿No es ese el pasaje especial?
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