Capítulo 2338 Te pareces a la dama que me gusta
—Emmanuel, ¿por qué no te arrodillas? —La voz de Dionicio era fría al notar que Emmanuel permanecía erguido.
El séquito de la familia Quillen estaba visiblemente inquieto. Mantener la calma frente a un Dios de la Guerra de 6 estrellas no era sencillo para todos. No todos podían igualar la serenidad de Macarena en circunstancias tan excepcionales.
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