Puede que no conociera bien a Milena, pero había visto a Emmanuel y Milena juntos en su cita a ciegas. Era obvio que Milena era una cazafortunas. No tardó en darse cuenta de por qué la actitud de Milena había dado un vuelco hoy.
—Señorita Quillen, ¡qué inteligente! —Emmanuel estaba asombrado.
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