Sara sujetó con rapidez la mano de la adolescente para detenerla. Su corazón se estremeció de dolor al ver aquella sonrisa tonta y comportamiento. Gracias a que era una mujer muy culta, tenía el conocimiento suficiente para darse cuenta de que la chica parecía haber llegado a este estado después de sufrir algún tipo de trauma.
—¡No! ¡No te lleves mi repollo!
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread