El oponente poseía un aura celestial similar a la de Macarena. Said no tenía la habilidad para enfrentarse a una mujer así. Macarena fijó su mirada fría en ella, aunque la mujer de blanco tenía el rostro cubierto, se dio cuenta de que no era Sara.
Al vivir bajo el mismo techo que Sara durante muchos años, ya estaba muy familiarizada con su misteriosa hermana. La figura del oponente se parecía mucho a ella, no era raro que esa noche Emmanuel sospechara que era Sara. Parecía que la mujer que tocaba el piano en el club nocturno esa noche era ella, después de todo. ¡Qué historia tan absurda!
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