Sin embargo, la recepcionista se dio cuenta rápido de que había hablado mal al sentir la mirada de Alejandra sobre ella y recordar la situación sentimental de Emmanuel. Así que no perdió tiempo en excusarse y marcharse.
—¡Hmmm, no escuches las tonterías de esa mujer! Me caes muy, muy mal. ¡Sólo he venido a ver a la cita a ciegas de Julián! —se apresuró a explicar Alejandra.
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