—¡Hmm! ¡Te lo mereces por no ser capaz de encontrar esposa! ¿Cómo se atreve una persona grosera y poco caballerosa como tú a pensar en casarse con Milena? ¡Sigue soñando! —La ira se agitaba en el interior de Rubí, que empezó a maldecir a Emmanuel sin darse cuenta de lo que estaba pasando.
Emmanuel se quedó sin habla. Si le hubieran hablado con amabilidad, habría estado más que dispuesto a encontrar otro sitio para aparcar. Sin embargo, la mujer estaba desvariando como una arpía. Decidió ignorarlas y se dio la vuelta para marcharse.
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