Durante la comida, sonó el teléfono de Macarena. Beatriz y Letizia bajaron la cabeza antes de mirarla. No tenían el valor de jugar con sus teléfonos mientras comían con Macarena. Si eran sus teléfonos los que sonaban, tendrían que pedirle permiso para contestar.
Por supuesto, Macarena no solía responder a las llamadas mientras comía. Sin embargo, aquella fue una excepción porque la aceptó después de ver a quien llamaba. Después de que la persona del otro lado hablara durante un rato, ella respondió con actitud fría:
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