—¿Cómo puedes estar tan contento si no has encontrado nada? ¿Estás loco? —Zoraida no pudo evitar burlarse de Camilo.
—Yo no he encontrado nada, pero me imaginaba que alguien más debía de tenerlo ya, ¿no? —replicó Camilo, fijándose de repente en las expresiones de quienes lo rodeaban—. Espera… ¿no me digas que nadie ha encontrado nada? Era un convoy de docenas de camiones.
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