—Muy bien, hemos terminado de destrozar el lugar. Ya nos vamos, querida, jaja… —Violeta sonrió con suficiencia mientras veía a sus matones terminar su destrucción. Antes de marcharse, no pudo resistirse a lanzar una última pulla a Roselyn.
Roselyn estaba furiosa, pero se contuvo, sabiendo que esos tontos arrogantes no se escaparían. Sin duda, justo cuando Violeta se daba la vuelta para marcharse, Emmanuel habló con una sonrisa.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread