Máximo se disculpó de nuevo con Alejandra, interpretando el papel de un hombre dividido entre su esposa y su verdadero amor, lleno de arrepentimiento, pero Alejandra solo sintió humillación, ni una pizca de simpatía. Quiso entrar y enfrentarse a Clara, pero los guardias le cerraron el paso. Justo cuando se sentía frustrada, una voz llegó detrás de ella.
—¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué detienen a mi amiga?
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