—¡Maldita sea! ¡Muévete y bájalos! —Adán hervía de ira mientras bramaba.
—Jaja, preparándote para una pelea, ¿eh? Bueno, ¡ahora es mi turno de saltar a los trancazos! —Solano se colocó deprisa frente a Roselyn y Beatriz para protegerlas.
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