—Solo puedes protegerte siendo despiadada… —Macarena murmuró varias veces esa frase mientras una sonrisa gélida aparecía poco a poco en su rostro.
Siempre fue una niña obstinada y aunque no solía escuchar lo que le decía su madre, nunca olvidó esa frase. Jamás imaginó que llegaría el día en que comprendería su significado. Sin embargo, todavía podía ver la imagen de Claudia y Emmanuel sonriendo mientras caminaban juntos hacia el restaurante. La sensación de tener una daga clavada en el corazón seguía presente y el dolor se extendía por todo su cuerpo.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread