Capítulo 895 Yo no te quiero lastimar
Los alumnos estaban tan entusiasmados por ver el entrenamiento de Ángela, pero fueron obligados a que se marcharan; Hugo y Joaquín tampoco se quedaron por mucho tiempo y cerraron la puerta cuidadosamente detrás de ellos, pero Ángela se dio cuenta de las intenciones de Hugo y sintió impotencia.
—¿Por dónde empezamos, capitán Lara? —le preguntó al hombre que tenía delante, pero Rogelio comenzó a caminar en círculos a su alrededor y eso provocó que se sintiera un poco incómoda; de la nada, su cuello esbelto fue sujetado con fuerza por el brazo de Rogelio. Ella no esperaba que el entrenamiento comenzara con un ataque como ese, el cual la hizo sentirse presionada mientras que su cerebro le gritaba que las cosas se ponían peligrosas—. ¿Es en serio, Rogelio? —Ángela se quedó sin aliento e inhaló profundamente.
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