Capítulo 1005 Caperucita roja   

Ángela se quedó dormida rápidamente y a la mañana siguiente, despertó complacida en los brazos de Rogelio; a la tarde, acompañó a su hombre al hospital para una revisión. Los médicos le dijeron que todavía debía usar el yeso y que debería reposar. Hace dos años, Dafne había preparado un departamento para Ángela como regalo de bodas en una de las mejores zonas de la ciudad, sin embargo, no se mudó porque durante todo ese tiempo había permanecido soltera. Ahora, Ángela hizo que las mucamas lo limpiaran porque quería mudarse ahí. Aunque Rogelio tenía la solvencia económica necesaria para comprarse una casa, la mayor parte del tiempo estaba en el extranjero debido a su trabajo, por lo que no tenía un lugar en su propio país.     Por eso, una vez que Ángela le propuso mudarse, el hombre se sintió un poco incómodo.  —No quiero que lo malinterpretes, esa será nuestra casa sin importar de quién sea inicialmente, al final, mientras estemos juntos todo funcionara —dijo Ángela.