Capítulo 908 No puedes ocupar mi cama
Ella solo quería ganarle a Ángela, pero el que ella fuera novia de Rogelio nunca fue parte de la ecuación, además, Adela sentía que su vida era aburrida al estar encerrada ahí y ya era hora de encontrar algo interesante para hacer. Por el otro lado, diez minutos después, Ángela estaba comiendo un tazón de fideos olorosos y todo gracias a los privilegios de Rogelio, cuyo cocinero se molestó en prepararle un tazón extra de fideos a las 9:00 de la noche; a pesar de eso, Ángela seguía muy agradecida con el cocinero.
―¿Quieres un poco? ―le preguntó a Rogelio, quien yacía sentado en el sofá.
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