—La haré volver al lugar de donde vino. —Alejandro odiaba a las mujeres engreídas.
—De acuerdo. —Eliza se mostró de acuerdo con su planteamiento. Parecía que aquellas mujeres que intentaban seducirle no necesitaban que ella las ahuyentara; él podía encargarse de ellas por sí mismo.
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