Capítulo 1009 Un hombre dominante
—Muy bien, cuando regreses, te invitaré la comida —dijo ella con una sonrisa mostrándose muy amable, sus ojos incluso brillaban y sus dientes blancos deslumbraban.
Reinaldo la vio por casualidad y durante un segundo, sintió una pequeña oleada de emociones; al notar una mirada sobre ella, se dio la vuelta. A la velocidad de la luz, el hombre desvió la mirada y miró el libro que tenía en sus manos; cuando la chica se dio cuenta de que estaba leyendo, decidió salir de la habitación para hablar y no molestarlo.
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