Capítulo 2149 Equitación
Era un tipo de sensación que conducir en coche no podía proporcionar. Cada vez que Obed pisaba el freno, Silvia se golpeaba contra su espalda, haciendo que apareciera una sonrisa en la comisura de sus labios. Al cabo de un rato, no pudo evitar preguntarse si él pisaba el freno a propósito. Al final, se detuvieron delante de un hotel. Entonces, ella dijo: —Quedémonos en el hotel esta noche. He reservado una habitación para mí. Podemos pasar la noche allí.
No le sorprendió que tuviera un lugar donde quedarse en todas partes. Asintió con la cabeza. —Claro, seguiremos tu plan.
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