Capítulo 800 Mónica y Sofía
A medida que avanzaban, la chica comenzaba a sentirse más incómoda, pues creía saber con quién se encontraría, tenía una corazonada y la culpabilidad comenzaba a embargarla, porque en el pasado, le había prometido a Mónica que se mantendría alejada de Arturo, pero ahora, que lo había seguido hasta su país y que logró colarse en la lista de invitados, se sentía avergonzada. Y en efecto, en el momento en que cruzó la puerta de un pintoresco salón, se encontró con Mónica sentada en el sofá, la anciana estaba vestida con un ajustado vestido color plateado, se veía noble y majestuosa.
—Buenas noches, señora Bonilla —saludó Sofía.
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