Capítulo 1092 Huele a amor y felicidad
Renata no dudó en pedir su deseo, pues solo quería una cosa: estar con él. Se sonrojó y miró a Reinaldo al terminar y, al instante, supo lo que había deseado. Parecía que no debía preocuparse de que ella correspondiera sus sentimientos porque ya era mutuo.
Se inclinó para soplar las velas mientras él encendía velas aromáticas y las ponía a los lados. Las llamas parpadeantes hacían una atmosfera más íntima. Tomó el cuchillo, cortó el primer pedazo y le sirvió en un plato.
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