Capítulo 2139 Jubilación
Se incorporó tímidamente y se echó el pelo hacia atrás. Unos mechones le caían por el pecho. Tenía la cara sonrosada y brillante. Desbordaba juventud, y Obed tragó saliva. Llevaba días conteniéndose, así que ahora su cuerpo se calentaba a una velocidad de vértigo. Es buena. Un pequeño movimiento, y casi no pudo contenerse más.
Silvia le contó su encuentro con Sarahí. Obed se alegró de que hubiera encontrado una amiga. —Entonces, ¿cuándo celebraremos la boda? —preguntó Silvia.
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