Capítulo 157 El banquete del picante
―Ve y deja primero a Alejandro en casa, yo iré de compras sola ―pidió Anastasia, dándole las llaves a Elías al llegar a su casa después de un viaje que duró diez minutos.
Con las llaves en su posesión, Elías tomó a Alejandro de la mano y caminaron hacia la entrada de la comunidad; en la tienda que estaba al lado de la residencia, Anastasia estaba escogiendo vegetales hasta que miró los chiles verdes. De repente, se le antojó cocinar puerco salteado, así como también pimiento rostizado y robalo. A excepción del platillo de huevos al vapor que iba a comer su hijo, el cual no estaba picante, todos los demás platillos de esa noche estarían llenos de sabor, con los chiles como protagonistas del espectáculo. Lo único que no sabía ahora era si al presidente tiránico le iba a gustar o no, aunque estaba claro que ella lo iba a disfrutar mucho; al terminar de hacer las compras, Anastasia, quien se encontraba de buen humor, también compró algunas frutas de camino a casa. Al llegar, notó que Elías estaba jugando con Alejandro a los bloques de juguete y cuando ella puso las frutas lavadas en la mesa, se dio cuenta de que el hombre estaba tomando del vaso de ella otra vez; molesta, se echó la culpa a sí misma por no haber comprado vasos desechables.
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