Capítulo 887 Un viento que congelaba hasta los huesos
La poca luz que proporcionaba la luna dificultaba ver el aspecto en el rostro de Rogelio y Ángela opinaba que su rostro tan apuesto estaba siendo escondido por las sombras, pues no podía verlo a la cara. Ella comenzó a arrepentirse un poco tras haber pedido que la bajara cargando porque se había percatado que iba a sufrir la vergüenza de ser rechazada por él; como tal, no recibió ni una palabra como respuesta de su parte por un largo rato y ella intentó inventarse una excusa para aligerar ese momento tan incómodo.
—¡O-olvídalo! ¡Bajaré por mi cuenta! —Tan pronto como dijo eso, empezó a buscar a su alrededor un sitio en donde pudiera colocar su pie porque, después de todo, tenía miedo de que se fuera a caer porque la piedra en donde se encontraba parada estaba a medio metro del suelo; sin embargo, fue en ese momento que una enorme mano la rodeó de la cintura con fuerza y la cargó. Ángela hizo un pequeño gañido porque fue tomada por sorpresa por sus acciones, pero luego sus brazos inconscientemente se enroscaron alrededor del cuello de Rogelio mientras que ella acurrucaba su rostro entre los hombros del hombre; sus labios suaves como algodón frotaron con su cuello, lo que hizo que él se pusiera tenso como respuesta.
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