Capítulo 204 Pedir un favor
—¡Buena suerte, Elías! —gritó Miguel desde el otro lado del patio y alzó el puño al aire, como señal de apoyo moral. Los ojos de Elías se arrugaron al asentirle al joven. Por otro lado, Anastasia estaba ayudando a Alejandro a ponerse el cinturón de seguridad, así que no se percató de nada extraño entre los primos.
Después de eso, Elías ocupó el asiento del copiloto, mientras que Anastasia se sentó en la parte trasera Alejandro, agradeciendo el amplio espacio para las piernas que tenía el sedán.
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