Capítulo 208 Llámame por mi nombre
Anastasia había querido comprar vasos desechables, pero siempre se le olvidaba. A la fecha, no estaba segura de cuántas veces había bebido del vaso de Elías. Cuando sonó su teléfono, salió de su nube de pensamientos. Lo tomó y aceptó la llamada al mirar quién llamaba.
—Hola, señorita Cazares.
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