Capítulo 181 La confesión de Miguel
—Mami, puedo quedarme en casa y tú puedes ir —dijo el pequeño, dado que a él también le desagradaba Érica, sobre todo porque podía sentir su mala vibra con él, aunque no fuera más que un niño. Por eso, decidió que no acompañaría a su madre, ya que no quería ocasionarle ningún problema, no obstante, en lugar de que Gabriela le hiciera compañía esa noche, como lo había sugerido Anastasia, Alejandro pensó que Elías sería mejor candidato para la tarea.
Anastasia fue a la oficina después de dejar a su hijo y apenas se había sentado en su asiento, cuando Gabriela tocó a su puerta y la abrió de un empujón, después, detrás de ella, entró un repartidor de flores.
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