Capítulo 416 Poner en marcha el plan definitivo
—¡Estás despierta! —Elías llevaba un delantal, dando la impresión de ser un amo de casa. Cuando Anastasia se acercó, miró que el delicioso desayuno estaba servido en la mesa. Por su parte, él jugueteó con la cafetera—. Toma asiento, que el desayuno estará listo pronto —dijo, revisando la hora.
De repente, mientras lo observaba de espaldas, Anastasia tuvo el impulso de abrazarlo, así que se acercó por capricho, extendió los brazos y le dio un abrazo por la espalda. Elías se sobresaltó un poco, pero no se tensó, sino que le pareció una sorpresa agradable; al sonreír, se le curvaron los ojos. Como tal, ella lo abrazó por un rato, deleitándose con su calor a primera hora de la mañana.
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