Capítulo 2020 Comienza la investigación
La luz brillaba sobre el largo cabello de Silvia, que lo caía por los hombros y se enroscaba alrededor de la cara. Parecía tan vivaz como un hada revoloteando en el cálido verano. Era vivaracha, ingenua y a veces tonta, pero su sonrisa iluminaba el mundo. Cautivado por su sonrisa, Obed no podía apartar los ojos. Al darse cuenta de su mirada, Silvia sonrió tímidamente y enterró rápidamente la cara en la manta. Obed se sobresaltó. Nervioso, se levantó. —Voy a echar un vistazo. Tú duérmete.
—Claro, pero vuelve pronto —dijo Silvia.
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