Capítulo 2256 Duerme la siesta conmigo
La sonrisa de Irma desapareció al ver cómo Sarahí acompañaba a Zacarías al vestíbulo mientras ella sólo podía permanecer de pie junto al coche del guardaespaldas y esperar órdenes. La diferencia de trato la hacía sentirse injusta.
Sarahí siguió a Zacarías hasta la puerta de su despacho, y él le dijo: —Pasa.
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