Capítulo 439 Sin lugar a donde ir
Mientras Anastasia revisaba los relojes y admiraba la colección, sintió una sensación cálida que provenía detrás de ella. Se dio la vuelta y se topó con la mirada profunda del hombre. Había un fuego que ardía dentro de dicha mirada. Ella podía entender lo que Elías pensaba en ese momento, lo que era normal para un hombre de 28 años.
No obstante, el teléfono comenzó a sonar de repente. Él miró hacia la pantalla y el nombre en ella lo disgustó. Era una llamada de Helen. Anastasia también lo vio y de inmediato levantó su mirada para preguntarle si le respondería, pero Elías rechazó la llamada y bloqueó el número.
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