Capítulo 2225 Confundir a Zacarías con Carlos
Zacarías guio a Sarahí hasta la habitación, y ella se desplomó sobre la cama. Iba vestida con un ajustado vestido de punto azul, que irradiaba un encanto seductor. Sus esbeltas piernas también llamaban la atención. Su respiración se volvió ligeramente agitada mientras miraba a la muchacha con los ojos nebulosos y entreabiertos. Sus ojos eran seductores, y un mechón de pelo despeinado le colgaba sobre la frente, pero no se molestó en arreglárselo.
Zacarías dejó escapar un leve suspiro e instintivamente alargó la mano para arreglarle el pelo, pero al tocarle la frente, fue inmediatamente atrapado por su mano blanca y delgada. Sarahí lo miró con los ojos empañados y puso un leve mohín en sus labios rojos mientras ponía cara de pena. Dijo: —Carlos, no me dejes, ¿De acuerdo?
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